
Él siempre se va sin haber llegado jamás.
Otra noche plateada en soledad.
Es este eterno panorama que no cambia más.
Y aunque quieran vender dolor no podría comprarlo.
Me parece que nos olvidamos del amor.
Pero hay algo flotando acá abajo del cielo.
Y por más que me pierda en el mismo camino,
puedo sentir qué sentís,
mientras vos hacés silencio
y yo me prohíbo prohibir.
Esta historia llegó a su final,
pero sabemos que jamás comenzó.
Sin embargo mañana se repetirá de nuevo.
Como una vieja y eterna canción.