domingo, 27 de marzo de 2011

No sabía que podría encontrarte entre las caras de aquel sueño que me obligó a recordate. El tiempo se encargó de ridiculizar aquellos viejos tiempos en dónde mirándonos a los ojos nos preguntamos ¿hacia dónde se dirigieron las ganas de vivir de todos estos?
Nunca te conté, pero los amaneceres maduran tan lento, y sin embargo algunos otros, por cuestiones climáticas, lo hacen tan rápido. Tampoco te dije que no me causó gracia tu chiste para impresionar, pero el hecho de querer impactarme me pintó unas sonrisas.
Si hubiésemos guardado el tiempo en nuestros bolsillos, hoy podría amarte, pero el tiempo se escurrió y ahora mi voz no puede tocarte.
Sabés que me faltan las piezas.

montañas negras de cosas calladas

Meto las palabras entre los espacios en blanco de esta hoja, sólo para que mueran acá. Las dejo caer como la ceniza sin vida de aquel cigarrillo que se perdió en el suelo de aquella noche. Te perdí en el camino hace un tiempo atrás, y no tengo ganas de volver mis pasos hasta encontrarte.
Buscaste otra ruta, bien por vos. Dejame tener mi visión, no me invadas, no podés hacerlo. Acumulé mucha basura en mi cabeza, montañas negras de cosas calladas... no las quiero, podés reciclarlas, pero ya no me pertenecen.
Y hablando del tema... vos no pertenecés a ese lugar. ¿Qué hacés ahí? Jugando a ser quién no sos, con una máscara que oculta al monstro. Quisiera liberarte, pero no asunto mío. Te suelté la mano, te dejo ir. Ojalá entiendas que por más disfraces que te pongas, siempre se te ve el color de tu escencia.

la voz de una generación



He visto las mejores mentes de mi generación destruídas por la locura. Hambrientas, histéricas, desnudas, arrastrándose por las calles de los negros al amanecer en buscar de un colérico pinchazo, hipsters con cabezas de ángel ardiendo por la antigua conexión celestial con el estrellado dínamo de la maquinaria nocturna. ¡Qué pobres y harapientos... y ojerosos y drogados, pasaron la noche fumando en la oscuridad sobrenatural de apartamentos de agua fría flotando sobre las cimas de las ciudades contemplando jazz que pasaron por las universidades con radiantes ojos imperturbables alucinando Arkansas y tragedia en la luz de Blake entre los maestros de la guerra, que fueron expulsados de las academias por locos y por publicas odas obscenas en las ventanas de las calaveras, que se acurrucaron en ropa interior en sus habitaciones sin afeitar quemando su dinero en papeleras y escuchando el terror a través del muro, que fueron arrestados por sus barbas púbicas regresando de Laredo con su cinturón de marihuana hacia Nueva York, que comieron fuego en hoteles de pintura y bebieron trementina en Paradise Alley, muerte, o sometieron sus torsos a un purgatorio noche tras noche, con sueños, con drogas, con pesadillas que despiertan, alcohol y cocaína y bailes sin fin...
allen ginsberg

jueves, 17 de marzo de 2011

 Sobre todo, tened entre vosotros un ferviente amor, porque el amor cubre una multitud de pecados.
1 Pedro 4:8

miércoles, 16 de marzo de 2011

sociedad

'Sociedad, cosa loca...
espero que no te sientas sola,
sin mi'

Ningún humano que respire oxígeno está en condiciones de exigirle algo a la vida, y mucho menos de quejarse. No estamos en condiciones de pedir más de lo que tenemos, aunque creamos que allí se esconde la libertad, sólo la encontraremos cuando menos cosas tengamos, cuando no haya nada que desear, cuando estemos desnudos de ropas y despojados de ideas.



para quien vives

¿Para quién vives realmente?
Algunos buscan una aventura, otros una opinión, algunos buscan la aceptación, otros nos buscamos a nosotros mismo.
 
El secreto para la eterna felicidad radica en quejarse menos y agradecer más. Dudo que haya una causal de queja en este mundo para los seres vivos. Estamos vivos, qué más maravilloso que eso?

La multitud te da certidumbre, seguridad, a costa de tu espíritu. Te esclaviza. Te da unas directrices de cómo vivir: qué hacer, qué no hacer.

Osho- Llamado en los 60's Acharya Rajneesh,  de los 70's a los 80's Bhagwan Shree Rajneesh y desde los 90's lo conocemos como Osho. Fue un filósofo y maestro espiritual hindú, cuya vida y enseñanzas ha inspirado a millones de personas de todas las edades y condiciones.







martes, 15 de marzo de 2011

Generación uno

Crecemos en lo que se dice una casa, maduramos y nos damos cuenta que los cimientos eran de mentira. No vamos a salir corriendo, no tenemos miedo. Tampoco somos cómodos. Sólo vamos a pelear por lo que es nuestro. El mundo es hóstil, y esto es lo que aprendimos. Nunca esperes nada, la vida no hace regalos, la vida sucede... y es así. Somos la generación que quiere marcar la diferencia. Somos pocos, pero estamos listos. No quiero que alguien hable por mí, no quiero correr atrás de lo regularmente correcto, no voy a perseguir a los estúpidos que caminando colina arriba esperando ver qué hace el primero en la fila para poder imitarlo. Estamos hartos de que nos impongan, y no es otra rebeldía. Somos personas y merecemos ser tradados como tales. No creemos en los padres, en la Iglesia, ni en un tal Jesus. Y a veces solemos hablar en plural para no sentir que en realidad estamos solos en esto.

cambio de planes

Frío y un paisaje gris. Las horas parecen nunca pasar y yo trato de pegar las piezas rotas de un corazón. No fue engaño, no fue abandono, no fue desepción, siemplemente... la vida. O como John diría, 'eso que te pasa mientras estamos ocupados en otras cosas'. Y eso fue lo que pasó. 
Cuando creí que entendí el juego, cambiaron las reglas.

miércoles, 9 de marzo de 2011



Entre los millones de habitantes del Universo, vengo a hablar de una persona. Aquella que hace que la belleza de un amanecer se magnifique, o que cada paso de la aventura de huír de una fiesta se convierta en una divertida y especial anécdota.

También convierte un momento aburrido en un millón de risas, o los planteos amorosos en algo divertido de escuchar. Puede hacer de la lucha su rutina, de una canción, un lema en su vida. Con ella puedo ser yo, en estado puro y sin filtro, pero sólo con ella.
La quiero porque la siento sincera como el brillo de esas estrellas (stars) que brillan en las cuatro estaciones del año, parecida porque ambas sabemos de dónde venimos, y escencial como el abrigo en el invierno. La quiero porque soñamos juntas un futuro, porque a los cinco minutos de haberse ido la extraño, porque sólo con ella rompo la regla del 'no voy a hablar de'. La quiero porque entre todas es única. Y no hacía falta el silencio de una cabaña ni las galletitas dulces sobre la mesa, ni un idiota invitándonos a fumar, a tomar, a ver amaneceres, para darme cuenta que ella es única. Pero todo eso me lo terminó de confirmar.
Me cuenta que sufre por la rutina del amor, o se rie cuando recuerda aquel amor de verano que nunca se concretó. Hablamos sobre una tal Pelum, Rocky o Tigrín, y planeamos invitaciones en secreto. La misma vida que me golpeó me regaló una hermana, y en su momento fue una madre rescatándome de la humillación (je).
Hablar con ella gratificante, pero callar con ella también lo es. Es esa clase de persona que podés compartir un silencio sin la necesidad de decir nada. Sospecho que es de las pocas, por eso jamás quisiera perderla. Juro estar a su lado cuando se heche a volar para poder aplaudir. Porque si bien no sabemos a dónde vamos, sé que algún día va a encontrar un camino más fácil, un atajo hacia sus sueños, y todo lo que deseó en un pasado se convertirá en su realidad. Y estoy muy segura de que algún día todo esto va a pasar, porque ella también tiene la receta mágica para que esto suceda. Esa receta que encontramos sin querer escondida por la vida. Esa receta es un papel que habla sobre el esfuerzo, sobre valores, sobre los miedos, pero sobretodo sobre el esfuerzo. El mismo que hacen los padres para darnos lo que tenemos, y para convertirnos en lo que somos. Ese mismo es la receta para triunfar en cada aspecto de la vida.
A la testigo de mis lágrimas, a la confidente de mis secretos, a la que acompaña mis huídas, a la razón de muchas de mis alegrías, a la cómplice de los chistes, a la hermana que la vida me regaló le voy a decir que quisiera tener la solución para todos sus problemas, o tener pervinox para todas sus heridas, o la aspirina de sus dolores de cabeza, o la respuesta de todas sus dudas, o aquel consejo que ayude en su incertidumbre, quisiera ser y tener todo eso y ahorrarle los golpes de la vida; pero es imposible poseer todas esas cualidades, así que solamente pienso estar para siempre, para que llores acompañada cuando lo necesites, o para que te descargues cuando te haga falta, para que rías cuando sientas que necesitás hacerlo, para que insultes, para que me cuentes lo que pasa por tu mente. Siempre voy a estar ksk.
Y recuerda... la vida no es tan dulce como un bonobón. :) Star

Mi felicidad

Un jueves parpadeaba y del sol no hay noticias. Marzo era novato y el otoño no llegaba. Algunas nubes desde el lunes, pero sólo en mi cabeza. Voy a subir a ver cómo estás. Ahí estás, siempre igual, o más grande. El brillo en tus ojos me dice que querés jugar y te veo desesperado corriendo de acá para allá, como si realmente fuera algo divertido. Ya estás tranquilo? Me gusta verte a los ojos, esos ojos coronados de hermosas pestañas rubias. Yo sé que me querés. Yo sé que cuando lloro intentás sacarme una sonrisa, o hacerme sentir acompañada. No te gustan mis lágrimas. A mi no me gustaría ver una tuya. Puedo encontrar la felicidad escuchando tus ladridos. Te quiero amigo.




caducan

Cuando no decimos lo que queremos decir en el instante en que es preciso decirlo, las palabras caducan. Sí, tienen fecha de vencimiento. Y la peor parte es cuando las palabras se pudren adentro de una cabeza. Tampoco es fácil deshacerse de esa basura, y no todo el mundo quiere deshecharlas. Pero cuando no las decimos a su debido tiempo y las dejamos estancadas en nosotros empiezan a contaminarnos. Ya no sirven.


en la pesera

Viene el otoño cantando su canción, y yo no lo escucho porque la tragedia viene a los gritos. Tampoco veo venir a la muerte, porque se acerca silenciosa. La serenidad tarda en llegar, como la ambulancia que llega cuando no hay nada que hacer. Y todo ocurre adentro de una pecera, aunque algunos también la llaman vida.





ah...si?

Los simples 'ah...si?' marcaron mi vida. Desde el día de mi niñez que aprendí a hacer una pirueta en la pileta, y se lo comenté contenta a alguien y me contestó 'ah...si?', se prendió un cigarrillo y cambió de canal, hasta la noche adolescente que le dije a aquel chico lo que me pasaba y sólo contesto un 'ah...si?' sonrió y siguió caminando. Y no sé si es peor el 'ah...si?' o el hecho de que ni te lo digan pero te lo hagan sentir. Un ah...si que muestra poco interés marca el autoestima de una chica. No sé si de una chica promedio, pero si de una chica fanática de la consideración. Por suerte existen esas personas mágicas que pasan pocas veces por tu vida (si tenés suerte, claro) y con un gesto nada forzado te demuestran que les importás, y te hacen sentir que el truco que le enseñaste al perro hasta la anécdota del vuelto de más que te dieron cuando fuiste a comprar merecen ser escuchados. No importa la vanalidad que digas, ellos siempre te harán sentir cómodos en cualquier lugar del mundo.





Nada me desorienta más que amar a alguien que no vale la pena.
Puedo entender a la perfección tu rol en esta sociedad, tu papel bajo este techo, tu forma de ser en la vida. Yo puedo entender porque la naturaleza (y no vos) me dio la capacidad de entender y aceptar. Entender debería ser tarea cotidiana no sólo para una madre sino para un humano. Y nada más quisiera en este mundo que escondas tu orgullo, que dejaras las mentiras de lado, y que escuches a todo aquel que no piensa igual que vos. El hecho de estar arriba mío con la experiencia, o de tener un rol más elevado no te da el derecho de quitarme el derecho a mi. El derecho a disentir, a hablar, a ser escuchada. Creo que no lo merezco. Y que nos separen unos largos 25 años no significa que lo que yo diga siempre caiga en el error, y lo tuyo sea la pura y abolsuta verdad. Te conozco.