miércoles, 7 de noviembre de 2012

Juegos

gaols:

by Sean


Un juego, distinto, pero juego al fin. No era mi improvisación en el ajedrez, ni tu destreza en cualquier actividad que requiera el uso del intelecto. Creí haberte dicho que no me miraras a los ojos mientras jugábamos, pero ahí estabas... como siempre. Haciendo todo lo que te dije que no hagas, con tal de marginarme de mi seguridad. Aún así, tenías una ingenua sonrisa y en ese momento decidí mudarme ahí, a tu cara. Ya no necesitaba que me abrumen las montañas, ni que me calme el agua que corre entre las piedras. Ni el abrigo de un cielo nocturno manchado de estrellas lejos de la ciudad, tampoco una exhausta caminata por una virgen pradera. No necesitaba nada de eso, porque tu cara se convirtió en mi paisaje. El tiempo, el futuro, qué importa. Si el presente era como un jaque mate ante cualquier medida de tiempo. Podía sentir cómo la humanidad entera confundía el placer con la felicidad, o la tristeza con la falta de placer y nos confundiámos entre el rebaño de sujetos que caminan hasta las tumbas, y no parecía importarnos. Callaste mi mente pero de repente me encontraba con el alma echa un mapa de rutas que desembocaban en tu cara.

No hay comentarios: