sábado, 9 de octubre de 2010

historias

Ya era muy tarde. Volvían al hotel después de una larga noche  de melodiosas voces y acordes de guitarra. Ella lo amaba. Pero algo no andaba bien. No es que hubiesen dudas con respecto a sus sentimientos, solamente... algo no andaba bien esa noche. Él contemplaba el cabello negro de la mujer, amaba cuando el viento obligaba a danzar sus mechones lacios. La miraba por última vez. Nadie lo sabía. Él frío hacía que ella apurara sus pasos, él seguía en su lento andar desde atrás. Ella entró al hotel, él nunca lo hizo. Se quedó atrapado en el pasado sin poder salir. Se llevó la mitad de los suspiros, se llevó la mitad de los susurros, se llevó la mitad del aliento de su amor, que alguna vez supo empañar sus anteojos, se llevó la mitad de las melodías, y la mitad de las noches frías en dónde el viento hacían danzar todo cabello. Se llevó la mitad de todo. Pero la otra mitad está guardada. Ella hoy tiene una vida. Distinta a la que soñó, pero aceptando que es la que le tocó. Jura que lo sigue amando mientras dobla el papel de una canción vieja y lo vuelve a dejar en el cajón. Ese cajón que llamamos corazón, en dónde guarda la mitad de las cosas que él no se pudo llevar.

No hay comentarios: