martes, 1 de noviembre de 2011


Cuánto de bello hay en las más feroces tormentas. La Tierra se sacude bruscamente para que las cosas tomen el curso que deben tomar. El viento te aleja de lo que ya no te nutre, y te pone de cara a cosas nuevas, difíciles, complicadas, pero tan necesarias para sentirte vivo. En el suelo crecen desafíos, y es uno acompañado de su soledad el que toma las decisiones. No hay a quién echarle culpas, no hay maquillaje que esconda la cara oscura de la Luna... no hay nada más que la vida. Soplan vientos de cambio todas las horas, todos los días; sólo hay que dejarse arrastrar.

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