jueves, 7 de julio de 2011

Te extraño otra tarde más. No voy a quejarme de la distancia, ni tampoco del dolor. Me gusta pensar que fuiste tan perfecto que en lo último que pensaste fueron en tres sonrisas. Sabrás que algunas veces esas sonrisas se borran, y otras veces se mojan de lágrimas, como hoy; pero nos diste todo lo necesario para soportar las más fuertes tormentas. El sol nos quema en esa foto, y parecemos felices. Seguro lo fuimos. Tengo miedo de olvidarme alguna vez lo que se siente tu mano en mi cara, o el sonido de tu corazón en cada abrazo, o de tu sonrisa cada vez que proponías una aventura. No quiero olvidarte jamás. Nunca. Y voy a meter todos esos recuerdos bien debajo de mi piel, como tatuajes, como recordatorios de quien fuiste, quién soy, de dónde venimos, y hacia dónde vamos. Te amo tanto que me molesta, porque nada quisiera más en este mundo que poderte abrazar otra vez. Y no vas a volver...

No hay comentarios: