domingo, 17 de julio de 2011

«Los hombres son tan locos, desean la esencia: la mujer es la esencia, ahí la tienen directamente entre las manos, pero ellos se precipitan en todas direcciones eri­giendo inmensas construcciones abstractas.»
 «¿Quieres de­cir que tendrían que quedarse tranquilamente en casa con la esencia, es decir pasarse el día acostados debajo de un árbol con la mujer? Pero Mardou, ésa es una vieja idea mía, una idea divina, que no la había oído nunca tan bien expresada, ni lo hubiera soñado.» 
«En cambio ellos se precipitan en todas direcciones y entablan grandes guerras y consideran a las mujeres como premio, en vez de seres humanos; muy bien, viejo, no se puede negar que yo estoy en medio de toda esta porquería pero te aseguro que no pienso participar en lo más mínimo»
 (con la dulce entona­ción educada de la nueva generación de hipsters).

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