lunes, 20 de junio de 2011

Ayer quise darte un abrazo y no pude. Así que pensé otra alternativa para poder desearte feliz día y darte un regalo. El mejor regalo que una hija (favorita ja) puede darle a su papá. Y da la casualidad que es el mismo regalo que me diste vos a mi. Ese que dejaste colgado de la luna, y que dijiste que iba a tener la fuerza de mil tormentas. Ese regalo que nunca me dejó sola, y que me dijiste que alimente de esperanza y de pequeñas ilusiones, deseos realizables y todo el amor que me fuera posible. Gracias por regalarme algo semejante. Gracias por darme libertad. Y como tengo de sobra quería regalarte un poco en tu día. Te doy la libertad para que explores el Universo a tu antojo, te doy libertad para que seas agua y oxígeno, árbol y tierra. Quiero sentirte ser en las montañas, en el bosque, en tu pueblo, en el mío. Quiero que seas el Universo. Quiero poder encontrarte sin tener que buscarte. Quiero que seas el camino, la verdad, y el respeto. Quiero que seas la crítica que construye y la lluvia cayendo. Quiero que seas libre. No voy a llorarte esta noche. Sólo voy a agradecerte haber aparecido en mi vida, y llenarme de amor casi 17 años de mi vida. Lo que aprendí con vos es demasiado valioso e importante y prometo ponerlo en práctica. Te amo sabías? Te amo demasiado.

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