domingo, 6 de febrero de 2011

quizas porque

Quizás porque no soy un buen poeta puedo pedirte que te quedes quieta hasta que yo termine estas palabras.
Quizás porque no soy un gran artista puedo decir tu pintura está lista y darte orgulloso este mamarracho.
Quizás porque no soy de la nobleza puedo nombrarte mi reina y princesa y darte coronas de papel de cigarrillos.
Quizás porque soy un mal negociante no pido nada a cambio de darte lo poco que tengo, mi vida y mis sueños.
Quizás porque no soy un buen soldado dejo que ataques de frente y costado cuando discutimos de nuestros proyectos.
Quizás porque no soy nada de eso es que hoy estás aquí en mi lecho.

Podría pasarme toda la madrugada recordando el sonido de tu guitarra acompañando tu voz. Tu mirada se dirige a la ventana, mientras la lluvia moja el vidrio y el olor a tortafritas se pasea de la cocina al comedor. Veo como se arruga tu frente cuando te enojabas, y como se estiraban tus labios para sonreir. Puedo verte llegando a casa después de trabajar, saludarme cansado, compartir un almuerzo. Sentados los dos en la parte izquierda de la mesa. Un domingo y más de una década atrás, escuchando aquella vieja música y grabando nuestras voces en unos cassets; puedo ver y casi escucharte como si todavía siguiéramos ahí. Y hoy ya no somos los mismos, pero el sólo hecho de recordar lo que fuimos me coloca suavemente  sobre la tierra. Te sigo amando a pesar de todo, te extraño, y quiero llorarte.

No hay comentarios: