lunes, 14 de febrero de 2011

otra anecdota

Espero que te acuerdes de ese momento. Estábamos en el bosque hace un par de años atrás, la blanca nieve y el gris cielo creaban un triste paisaje, pero era esa clase de tristeza melancólica que no posee dolor. Caminamos algunos kilómetros, éramos tan felices. Me dijiste que mire la diminuta cascada congelada, y en un movimiento casi te caes por el acantilado de no ser por aquel actoreflejo que hizo que te agarre de la campera y te jale hacia m;, escucho tu risa sonar entre las montañas, y el guía me dijo que acababa de salvarte la vida. Cómo no salvarte la vida si vos me la diste. Ojalá hubiese tenido otra oportunidad de hacerlo aquel día.

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