viernes, 4 de febrero de 2011

Fue tan corto que no me diste tiempo a que me doliera. Y fue tan mínimo, que ahora estando lejos, tampoco me duele. Como un diminuto sueño, esos en los que caes y te despertás olvidando el principio, así apareciste, y así te fuiste.
Extraño tu voz, pero no recuerdo cómo sonaba por entre los árboles. Ni lo bien que te veías pateando el romper de una ola. Extraño todo y no recuerdo qué es lo que extraño.

No hay comentarios: