Hoy volvimos a encontrarnos en un sueño. Locura pura disfrazando la realidad. Me enseñabas las propiedades de las plantas mientras mostrabas las cicatrices que la muerte te dejó. Me dijiste que todo estaba bien y que todos hicieron todo lo que pudieron. No es una pregunta estúpida, pero ¿porqué te soñé hoy?. Si leo entre líneas puedo afirmar que, aunque no estoy segura, que bajaste un ratito del cielo para contarme un par de cosas. Te veías feliz, lastimado pero feliz. Y yo sólo puedo sentir una felicidad agridulce. Sé que estás orgulloso. Una razón más para estarlo te di. Estás orgulloso porque yo lo estoy de mi misma. Ese era el mensaje esta noche. No puedo esperar para verte otra vez. Gracias por caminar a mi lado, y por tenderme la mano cada vez que podés. Te sigo amando desde aquel otoño en que te vi por primera vez.
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