lunes, 2 de noviembre de 2009

Lunes



Era la tarde más perfecta que un lunes podía ofrecer. Sólo un metro separaba nuestros cuerpos. Para mi… esa distancia era la misma que la que hay entre el polo norte y el sur. Necesitaba acortar esa estúpida y fría distancia. 
Ahí estaba yo intentando no confesarle que él es todo en mi vida. Y ahí estaba él intentando no dejarse llevar por la locura.

Ya era hora de escribirle al 'amor'.

1 comentario:

Tam dijo...

Hola!
gracias por tu comentario en mi blog.
muy lindo el tuyo :)
beso